Un día me preguntaron por qué el pasado seguía retumbando en mi cabeza en forma de eco.
Aunque admitirlo siempre ha sido difícil, todo llevaba a una parte de mi interior que no había conseguido avanzar. Me había quedado perdida entre la marea de aquellas aguas negras y tuve que aprender a vivir con el fatal recuerdo de lo que hoy permanece como una pesadilla.
También me dijeron que fuera a buscar esa parte de mí que se había extraviado pero sabía que si regresaba sola era probable que el pánico me dejara a la deriva definitivamente.
Así que en vez de enfrentarme a los recuerdos, decidí vivir lejos de aquella infinidad, escondiendo el miedo y cubriéndolo con falsas sensaciones de valor.
0 comentarios:
Publicar un comentario